29/12/23 – Es un documento impactante. Insostenible. Una descripción del mal humano sádico. Contra las mujeres.
El New York Times publicó la primera gran investigación, de dos meses, con cientos de entrevistas, sobre las atrocidades cometidas contra las mujeres israelíes durante la invasión del sur de Israel el 7 de octubre. Lo que luego desató la guerra en Gaza. Este blog denunciò inmediatamente. las violaciones de Hamas.
Firmado por el ganador del Premio Pulitzer Jeffrey Gettlemans, es una documentación escrupulosa de los horrores sufridos por las mujeres israelíes. Lo cual fue ignorado por la ONU durante dos meses. Y los movimientos feministas han fingido no verlo. Si una mujer judía e israelí es violada, torturada y asesinada por un miliciano islámico palestino, ¿la corrección política recomienda mirar hacia otro lado?
Algunas descripciones de la violencia sexual sufrida por las mujeres judías son insostenibles. Después de largas dudas, este blog ha decidido reproducir las crudas palabras de la periodista del NYT, como una descarga eléctrica contra el negacionismo vergonzoso de una parte del feminismo internacional políticamente correcto, que ignora la violencia contra mujeres porque judías israelíes.
Noa Arghamani, sequestrata il 7 ottobre
Tres mil milicianos islámicos entraron en el sur de Israel el 7 de octubre. Masacrando, mutilando, violando, torturando a todo aquel que encontraban. Más de 1200 muertos. Cientos de rehenes en Gaza. Y firmando una de las páginas más atroces contra la mujer.
Muchas fueron violadas, torturadas y mutiladas en el Festival de la Naturaleza, una ravebcon cientos de jóvenes en Re’im, a 3 kilómetros de la frontera con Gaza.
Algunas historias, advierte el Times, “son difíciles de soportar”. Es verdad. Pero son necesarias para destruir las odiosas teorías negacionistas, para todas las mujeres víctimas de la violencia. No puede haber el “mal violador” y el “bueno” (palestino ‘oprimido’ contra la mujer judía). Regurgitation de antisemitismo?
Una joven de la rave Sapir, que se escondía entre los arbustos con una herida en la espalda, dijo haber observado a un centenar de hombres “pasando rifles, granadas, pequeños proyectiles y mujeres heridas”. La primera víctima fue “una chica de cabello color cobrizo, con sangre corriendo por su espalda y con los pantalones bajados”. “Un hombre la agarró del pelo: la obligó a inclinarse. Otro la penetró. Y con cada jadeo, le clavó el cuchillo en la espalda”.
Sapir, informa el NYT, dijo que vio a otra joven “destrozada”. “Mientras un terrorista la violaba, otro cogió un cuchillo y le cortó el pecho”. “Uno siguió violándola, el otro le arrojó el pecho a un compañero y jugaron”.
Naama Levy, sequestrata il 7 ottobre
Mientras estaba escondida vio a otras tres mujeres violadas. Un joven escondido cerca, Yuru Karol, 22 años, dijo que vio a otra mujer violada y luego asesinada.
Otro joven, también escondido, relató haber visto a cinco hombres vestidos de civil, con cuchillos y un hacha, arrastrando a una joven desnuda que gritaba. “La rodearon, ella estaba de pie. Uno la penetró. Ella gritó. ¡No puedo olvidar ese grito sin palabras! Uno de los hombres tomó un cuchillo y le cortó la garganta”.
Shoan Gueta dijo que vio a cuatro hombres violar a una mujer: “hablaban, reían, gritaban”. Luego uno de ellos la golpeó varias veces con un cuchillo “destrozándola”.
Los primeros socorristas que llegaron a la zona tras la masacre (340 muertos) encontraron “cuerpos de mujeres asesinadas, con las piernas abiertas, sin ropa interior, algunas con las manos atadas”.
Las atrocidades del 7 de octubre marcan un terrible punto de inflexión en la guerra de Hanas contra Israel, una línea roja quebrada. Inspirados por los horrores – y miles de violaciones- de los terroristas sunitas del Estado Islámico en Siria. Por primera vez utilizó la violación de sus mujeres como arma de guerra, para humillar – en la lógica arcaica de Medio Oriente – y aterrorizar al enemigo.
Las mujeres violadas fueron asesinadas después de la violencia. Sin embargo, se cree que una decena de ellas siguen en manos de Hamás, en los túneles de Gaza. La negativa de Hamás a liberarlas puso fin al alto el fuego a finales de noviembre. “Para que no sepan” dijo el presidente estadounidense Joe Biden.
Un socorrista de Zaka dijo que nunca podría olvidar el cuerpo de una mujer “inclinada hacia adelante, medio desnuda, con la ropa interior enrollada hasta debajo de las rodillas”. Yinon Rivlin, uno de los organizadores de la rave, vio el cuerpo de una joven “acostada boca abajo, sin pantalones ni bragas, con las piernas abiertas y la vagina herida como si la hubieran desgarrado”.
Otros ocho testigos dijeron al NYT que habían encontrado los cuerpos de “al menos 24 mujeres y chicas desnudas o semidesnudas” en los kibutz de Be’heri y Kfar Aza.
En Be’heri, un paramédico encontró los cadáveres de dos hermanas, de 16 y 13 años. Una tenía bragas rotas, y heridas en la ingle. La otra, con el pijama bajado, con semen en el cuerpo.
El NYT vio imágenes de dos jóvenes mujeres soldados, en un puesto militar cercano, asesinadas con disparos en la vagina. Y del cuerpo de una mujer con “docenas de clavos clavados en la ingle y los muslos”.
Los padres de Gael Abush, una joven madre de dos niños, de 10 y 7 años, que acudió a la fiesta con su marido, sufrieron el trauma de ver en un vídeo el cadáver de su hija, “semidesnuda y con la vagina al descubierto”. Su marido, Nagi, fue asesinado. La madre de Gael, quien cuida a los dos niiños y duerme con ellos dijo que la otra noche la más pequeña le preguntó: “Abuela, ¿cómo murió mamá?”…
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