El gran regreso del Dr. Strangelove,es decir, ¿quién quiere morir por Zelensky?

26/01/23 – Un viento de locura sopla en gran parte de Occidente. Como si el desastre de la absurda guerra en Ucrania no fuera suficiente, ministros y generales dan ahora la impresión de querer arrojar también a sus países a un conflicto que sería una masacre no sólo en términos de vidas humanas, sino también de economía y costos sociales, muy elevados. Después de que los europeos paguen la guerra casi en lugar de los ucranianos.

Parece el gran regreso del Dr. Strangelove, protagonista de la brillante y quizás profética película homónima de Stanley Kubrik, “o cómo aprendí a no preocuparme y a amar la bomba (atómica)”. La historia de un puñado de científicos (ex nazis), generales locos y políticos estadounidenses débiles obsesionados por la necesidad de lanzar un ataque nuclear contra la URSS, para proteger, entre otras cosas, sus propios “fluidos vitales” amenazados por Moscú.

Bomba de Nagasaki

En los últimos días ha aparecido una antología de declaraciones dignas de Dr. Strangelove (en el original inglés). Anuncian, casi con satisfacción, una guerra inminente con Moscú. Los ministros y generales europeos empezan a jugar a Napoleón en previsión de una posible guerra con Rusia. El jefe del ejército británico, general Sander, considera “esencial” tomar “medidas preparatorias para poner a nuestras sociedades en estado de guerra si es necesario”, incluida una posible “movilización nacional”. El jefe del comité militar de la OTAN, el almirante holandés Bauer,

advierte que “cualquier cosa puede pasar en cualquier momento”. El Ministro de Defensa alemán, Boris Pistorius (quizás aspirante a Ministro de la Guerra, como hace dos siglos) proclama que “debemos ser capaces de hacer la guerra”. 

Alemania, advierte, debe volverse “kriegstuechting”, es decir, capaz de hacer la guerra. Su colega sueco Carl Oskar Bohlin afirma que la población debe estar preparada para un posible conflicto con Moscú. Polonia acaba de publicar las directrices para una posible movilización general en caso de guerra y quiere aumentar su número de soldados a 300.000.

Se supone que los líderes políticos y militares de los estados se preocupan principalmente por la necesidad de garantizar la vida y el bienestar de sus conciudadanos. Evitar a toda costa las guerras, con su corolario de muerte, destrucción, empobrecimiento y sufrimiento. Pero curiosamente, desde que comenzó la guerra en Ucrania, Occidente parece haber retrocedido dos siglos en la historia, cuando los conflictos políticos se resolvían a cañonazos, con la masacre de decenas de miles de jóvenes soldados.

En Espana “Telefono Rojo”

Pero, ¿hay alguien en Europa, con un cerebro funcionante, o en Estados Unidos, que quiera morir por Ucrania o por su presidente, el ex comediante Zelensky? Europeos y estadounidenses provocaron la ofensiva rusa, incumpliendo los compromisos asumidos en el momento de la disolución de la URSS, que preveían una zona neutral de amortiguación entre la OTAN y Moscú. Con Ucrania y Bielorrusia.

 Una cuestión de seguridad de vital interés para Rusia, para no tener las ojivas nucleares de la OTAN a sus puertas. Luego no hicieron nada para detener la guerra. De hecho, hicieron todo lo posible para prolongarla, armando y financiando al régimen ucraniano. A expensas de sus propios ciudadanos contribuyentes, que pagaron el esfuerzo bélico de Kiev con sus impuestos, y se empobrecieron por el efecto que tuvo la guerra sobre la inflación y la consiguiente caída de los ingresos de los europeos.

 Pero no las de las petroleras, de los bancos, de las compañías de seguros, de los especuladores, que han explotado. Y ahora, en lugar de presionar a Kiev para una paz negociada con Moscú, que pondrá fin a una guerra absurda y a la masacre de jóvenes rusos y ucranianos, nos están preparando para un conflicto generalizado en Europa. Es decir, todos contra Rusia. 

Olvidando que Moscú, criminalizada y aislada, mantiene ahora estrechas relaciones con potencias militares y nucleares como China, Irán (empujado por Donald Trump a reanudar la fabricación de la bomba atómica) o la Corea del Norte del dictador Kim Jong-un.

Locura. Con consecuencias incalculables si no se produce un rápido cambio de rumbo. Quizás con una victoria de Trump – considerado favorable a las posiciones de Moscú en el conflicto – y que ha anunciado que quiere poner fin a la guerra en 48 horas- en las presidenciales estadounidenses de finales de año.

También es cierto, sin embargo, que el propio Trump, cuando estuvo en la Casa Blanca, demostró en ocasiones que no era mucho más predecible y fiable que su “amigo” Kim Jong-un.

 Que en el creciente caos global se prepara para invasion de Corea del Sur, mientras Beijing prepara la de Taiwán. También aumenta el riesgo de que una futura guerra mundial, quizás a pedazos, pueda convertirse en un conflicto al menos parcialmente nuclear. Moscú ya ha advertido que si se ve contra la pared por armas sofisticadas entregadas por estadounidenses y europeos a Kiev, que le permitirán atacar profundamente en territorio ruso, el uso de armas nucleares, quizás tácticas, es decir, de impacto reducido se justificará contra Ucrania. Y envió armas nucleares a su aliado bielorruso.

El ex presidente Medvedev advirtió varias veces sobre este riesgo. El ejército ruso acaba de poner en servicio un simulador para preparar a sus soldados para luchar en zonas afectadas por armas nucleares. Locura. Al mismo tiempo, el ejército estadounidense también está preparando un mecanismo similar. Mientras la OTAN anuncia maniobras antirrusas en Europa para las próximas semanas, con más de 90 mil hombres. “Estamos pasando de un mundo de posguerra a uno de preguerra”, advierte el jefe del ejército de Su Majestad el Rey Carlos, el general Sander, que quiere duplicar el número de soldados británicos en tres años.

El Mediador prusiano, caricatura

En resumen, están apareciendo pequeños Napoleones por toda Europa. Sin embargo, parecen olvidar que tanto el Napoleón original como después de él otro hombre que se sentía dueño de Europa, Adolf Hitler, cayeron tras guerras imprudentes contra Rusia. Entre tantos napoleóncitos, sin embargo, grandes negociadores de la talla de Nicolás Macquiavelo o Charles Maurice de Talleyrand, artistas de las negociaciones para poner fin a un conflicto, no aparecen en la escena internacional

Mientras en la guerra de Gaza entre Israel y Hamás llegan cada día los llamamientos a un alto el fuego (más en beneficio de Hamás que de Israel) parece que los ‘pacifistas’ se han olvidado de la guerra en Ucrania y de sus decenas de miles de soldados muertos de las dos partes, así como de los civiles. Menos. En lugar de intentar mediar para detener el conflicto, Europa parece estar pensando sobre todo en armar a Ucrania y prepararse para un conflicto con Rusia. Lo que probablemente desembocaría en una guerra mundial. Locura.

Viene irresistiblemente a la mente la Tercera y Áurea Ley Fundamental de la Estupidez Humana formulada en 1988 por el historiador Carlo Cipolla: “un estúpido es aquel que causa daño a otra persona o a un grupo de personas sin obtener al mismo tiempo una ventaja para él mismo o incluso sufrir una pérdida”….

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francescocerri

Giornalista Internazionale. Nato come specialista di politica europea e di sicurezza. Inviato a Sarajevo durante la guerra dei Balcani, e al Tribunale Penale Internazionale al processo Milosevic. Corrispondente in Israele/Palestina durante l'intifada, in Turchia durante la guerra in Siria e la rivolta di Gezi Park. In Spagna , con gli indignados, e Portogallo. Presidente onorario della stampa parlamentare europea. Cavaliere della Repubblica.

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