10/11/23 – “El viejo Israel que conocíamos murió el 7 de octubre: la nueva nación tendrá miedo durante generaciones enteras”, escribe el analista israelí Amir Ben David.
Un poco como si Adolf Hitler hubiera regresado del infierno. Para todo un pueblo casi borrado de la superficie de la Tierra en los pogromos y campos de concentración del Tercer Reich, resurge la pesadilla de hace 85 años.
Las masacres a sangre fría del 7 de octubre, la atroz violencia sistemática contra cientos de civiles indefensos, mujeres, ancianos y niños, arrasaron en pocas horas con el trágico “nunca más” con el que el “mundo libre” de 1945 había esperado cerrar para siempre una de las páginas más oscuras de la historia de la humanidad. La del Holocausto, el genocidio de seis millones de judíos. Masacrados sólo por ser judíos. Escrita por los nazis, recordó Joe Biden, mientras el mundo ‘civilizado’ (quién sabía) con mucha valentía miraba hacia otro lado. Contraer una deuda y una responsabilidad histórica hacia el futuro Estado de Israel. Algo que hoy muchos en Europa pretenden olvidar.
El horror suscitado en el mundo por la masacre de Hamás se ha disipado rápidamente, como muchos habían predicho. La respuesta militar de Israel, golpeada en el corazón, fue extremadamente dura, con el objetivo de destruir y erradicar al enemigo más peligroso y sanguinario de su bastión de Gaza. La amenaza más grave hoy a su propia existencia. Hamás.
El daño colateral fue enorme. Miles de civiles asesinados. Las milicias islámicas suníes siempre han luchado, en Gaza como en Siria, protegiéndose de la población civil de Gaza. Más de 500 kilómetros de túneles militarizados recorren el subsuelo de la Franja, con depósitos de armas y explosivos, centros de mando, cuarteles, bajo hospitales, escuelas, mezquitas y edificios residenciales.
Según el ‘gobierno’ de Hamás en Gaza, 12.000 palestinos, entre ellos 4.000 “niños” (es decir, menores de 18 años) han muerto. Pero a partir de los 14 años, los jóvenes palestinos pueden ser combatientes. O kamikazes. Las cifras proporcionadas por Hamás no han sido confirmadas de forma independiente. No se sabe cuántos de los 12.000 muertos eran combatientes. ¿Cuántos civiles? Pero estos datos alimentan la ira de las calles árabes. Pero también los occidentales.
Sin embargo, Israel no puede detenerse. No antes de destruir a Hamás. O demostraría debilidad, en un Medio Oriente ‘machista’ en el que el Estado judío hasta ahora ha logrado sobrevivir entre decenas de millones de árabes hostiles, sólo demostrando ser el más fuerte. A menudo incluso demasiado.
Con una política de discriminación, de colonización violenta, en Cisjordania. De los abusos hacia la población palestina por parte de colonos extremistas en Hebrón, Nablus, Ramallah, alrededor de Jerusalén.
¿DESMANTELADAS LAS COLONIAS EQUIVOCADAS EN 2005?
En 2005, el entonces Primer Ministro conservador Ariel Sharon desmanteló por la fuerza los asentamientos judíos de Gush Katif en Gaza. Los judíos habían expulsado a otros judíos de sus hogares. Para darle a Israel más seguridad. Pero probablemente fue un error. Las colonias de Gaza, habitadas por colonos “buenos”, que intentaban recrear una sociedad solidaria, eran una especie de zona de amortiguación entre Israel y Hamás, que intentaba hacerse con el poder en la Franja.
Dos años más tarde, el movimiento islámico tomó el control de Gaza contra la ANP de Abu Mazen. Fue el primer paso hacia la masacre del 7 de octubre.
A Sharon le habría ido mejor si hubiera desmantelado las colonias racistas y de extrema derecha en Cisjordania. Un elemento permanente de desestabilización para el Estado judío, incluso hoy.
ISRAEL ES UNA POTENCIA NUCLEAR
EL ‘nuevo’ Israel que saldrá traumatizado de esta guerra tendrá que dar un giro de 180 grados hacia los palestinos. Para ganar seguridad y el derecho a existir en un mundo totalmente árabe. Un nuevo gobierno tendrá finalmente que aceptar negociar una paz de “dos Estados”.
Porque , haga lo que haga el terrorismo islámico, no puede haber otra solución. Israel no puede ser destruido. O con inmensas consecuencias para el planeta. Muchos en el mundo árabe parecen haber olvidado que Israel es una potencia nuclear… que nunca aceptará ser borrada de la superficie de la Tierra.
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