24/5/2024 – Es una sana competición. Entre Recep Tayyip Erdogan, el ‘sultán’ y presidente turco nostálgico de la ‘grandeza’ del Imperio Otomano, y Pedro Sánchez, el primer ministro socialista español cuya permanencia en el poder está resiste en el parlamento gracias a los votos de los 7 diputados de el ex ‘president’ independentista catalán Carl Puigdemont, experto en chantaje político. Los dos aspiran, al parecer, a convertirse en el nuevo líder del mundo árabe. Erdogan lleva veinte años intentandolo. Desde que su partido islámico, el AKP, llegó al poder, dio lugar a una islamización progresiva del Estado turco. Aunque no es árabe, sino turco (pero explica que “turcos y árabes son hermanos”), el “sultán” abraza todas las causas de los extremistas islámicos suníes, los Hermanos Musulmanes. Apoyó, armó y financió a los terroristas del ISIS en Siria, todavia ocupa ilegalmente parte del teritorio siriano, participó en los bombardeos contra los chiíes hutíes en Yemen, que masacraron a civiles, lanza regularmente anatemas contra Israel, acoge y protege a los líderes del grupo terrorista palestino Hamás (que considera “libertadores, no terroristas”). Encarceló a opositores, disidentes, parlamentarios kurdos. Organizaciones de derechos humanos denuncian que Turquía es la mayor prisión al aire libre para periodistas. Pero a pesar de todo esto -o quizás debido a ello- hoy es el líder político más popular del mundo árabe sunita.

Recep Tayyip Erdogan y el jefe de Hamas Ismail Haniyeh
Ahora, sin embargo, al parecer tiene que enfrentarse a un competidor inesperado: el español Pedro Sánchez. Que ha cavalcado la retórica más anti-israelí desde el comienzo de la crisis de Gaza. Después de las atrocidades perpetradas por Hamás en el sur de Israel el 7 de octubre, que desencadenaron la guerra en Gaza, Sanchez fue el último líder europeo en viajar a Israel en noviembre. Los otros líderes de la UE habían traído mensajes de solidaridad y dolor. Sin embargo sobre todo Sánchez denunció la guerra del Estado judío en la Franja contra Hamás, y las inevitables víctimas civiles. Provocando desconcierto e ira entre los israelíes. Y las gracias de Hamás. Ahora el presidente del Gobierno español retuerce el cuchillo en la herida. Anunció que reconocería el “Estado palestino”. Una iniciativa sobre todo simbolica por ahora. Pero politicamente poco inteligente. La amenaza del reconocimiento unilateral de un estado palestino actualmente inexistente tendrá que servir como arma de presión para obligar a Israel a negociar una paz equilibrada. Pero se desperdicia así. Y no sierve a nada. Es solo propaganda. Debia ser compartida, dio a entender Sanchez, por varios otros países de la UE. Pero España se ha aislado. Entre los 27, sólo se unió Irlanda. Con Noruega, país no perteneciente a la UE La medida fue nuevamente recibida con entusiasmo por Hamás. Y con irritación del gobierno israelí del Primer Ministro Netanyahu. Lo cual llamó en Israel el embajador a Madrid. Y promete represalias. El Gobierno de Sánchez también acogió con satisfacción la petición del fiscal islámico de la Corte Penal Internacional, Karim Khan. Quien pidió una orden de arresto contra Netanyahu y el Ministro de Defensa Galánt. Junto a tres líderes de Hamás (después de haber solicitado el año pasado una orden de arresto contra el presidente ruso Putin, quien friamente la ignoró). Una iniciativa que provoca la indignación de grandes países occidentales como Estados Unidos, Alemania e Italia. Por el “vergonzoso” acercamiento entre el gobierno de un país democrático (el único en Oriente Medio) que se defiende contro un agressor sin pietad, quizas mal, y los líderes de un grupo terrorista que ordenó las masacres, violaciones, torturas y mutilaciones de cientos de civiles israelíes indefensos el 7 de octubre, sólo porque judíos. Y que quieren destruir a Israel y matar a todos sus habitantes.

Observadoras militares israelies sin armas rehenes de Hamas
Curiosamente, no hay noticias de una orden de arresto contra el ex presidente estadounidense George Bush, por la invasión ilegal de Irak y las 600 mil muertos iraquíes, con la excusa inventada de las “armas de destrucción masiva” de Saddam Hussein. O contra los líderes del ISIS y sus partidarios (Turquía, Qatar, Arabia Saudita) por el genocidio, esta vez real, de docenas de milares civiles sirios… ¿Una justicia unidireccional? El movimiento islámico tiene otro motivo para felicitar a Madrid. La viceprimera ministra Yolanda Díaz adoptó un lema de Hamás, pidiendo una “Palestina libre desde el río hasta el mar”. Es decir, entre el mar Mediterráneo y el río Jordán. Precisamente donde se encuentra Israel, que así sería borrado de la superficie de la Tierra con sus 10 millones de habitantes judíos. ¿Ignorancia histórico-geográfica, en el mejor de los casos? ¿Incompetencia política? ¿Prisa por subirse al tren de Hamás y seducir al extremismo islámico sunita? Y lograr consenso entre la izquierda antiisraelí (¿o antisemita?) de cara a las elecciones europeas? La señora Díaz no debe saber que Israel fue fundado después de la Segunda Guerra Mundial con el apoyo de la comunidad internacional (con la consciencia culpable) para proporcionar un refugio seguro para siempre para los judíos después de la masacre de seis millones de ellos en los campos de concentración nazis… Mientras el resto del mundo miraba por otra parte, como denunció el presidente estadounidense Biden, y fingió no verlo. Y mientras el entonces jefe de Estado español Francisco Franco se reunía en Hendaya con su benefactor Adolf Hitler, que le había ayudado junto a Benito Mussolini a derrocar el gobierno legal de Madrid y ganar la Guerra Civil. Masacrando a decenas de miles de ‘rojos’.

Caricatura de Hamas
La elegancia política, si no la corrección moral, debería llevar también a España a asumir, como hacen la mayoría de los países europeos la responsabilidad de haber hecho la vista gorda ante el Holocausto judío. La gobernadora de Madrid, Isabel Ayuso, trazó un paralelo entre Eta, el grupo armado vasco, y Hamás. “Tú matas y yo te daré una Comunidad Autónoma” (País Vasco), “tu matas y yo te daré un Estado” (Palestina a Hamás). El ataque de Ayuso al gobierno socialista podría resultar profético. Si Israel no destruye el brazo armado de Hamás en Gaza (todavía hay unos 15.000 milicianos escondidos en los túneles de Rafah), es probable que el grupo jihadista tome el poder en el futuro Estado palestino. Derrotando el Fatah (como ya lo hice en Gaza en 2007) del actual presidente palestino Abu Mazen, que lidera un gobierno débil y corrupto en Ramallah. Y esta en su punto más bajo en términos de popularidad entre los palestinos. Sin embargo, incluso en Cisjordania, según las encuestas, prefieren a los terroristas de Hamás. Palestina se convertiría en un Califato islámico, si Israel lo permitiera, por supuesto. Lo que es improbable. El único líder secular palestino que podría bloquear a Hamás es Marwan Barghouti. Siempre considerado el heredero de Yasser Arafat, sigue siendo el líder político más popular de Palestina. Y el único probablemente capaz de hacer las paces con Israel. Pero desde hace 20 años el carismatico ‘Nelson Mandela’ palestino cumple cinco cadenas perpetuas en una prisión israelí. Y es poco probable que el gobierno de Netanyahu, el más derechista de la historia de Israel, acepte liberarlo….