2/7/24 – Era inevitable. Desde que hace cinco años Donald Trump rompió estúpidamente el acuerdo firmado por la comunidad internacional con Irán, que le comprometía a renunciar a las armas nucleares.
La República Islámica está ahora “más cerca que nunca” de la bomba atomica, advierte un informe del Instituto de Ciencias y Seguridad Internacional (ISIS) de Washington, que vigila el programa nuclear de Irán desde 1990. El informe define la situación como “extremadamente peligrosa”. La calificación de alarma más alta en una escala de seis. Desde que Trump hundió el acuerdo, Teherán ha relanzado efectivamente su programa militar de enriquecimiento de uranio. Ahora, si decide hacerlo, podrá producir suficiente uranio enriquecido al 90% para el explosivo de una bomba “en una semana”. En un mes “por seis bombas”. En cinco meses “por 12”. Y “en unos seis meses podría completar un programa acelerado para desarrollar una ojiva nuclear”.
En resumen, la entrada de Irán en el club cada vez menos pequeño y mas peligroso de las (ya diez) potencias nucleares puede ser inminente. Y hacer aún más explosiva la ya peligrosa espiral de tensión en el teatro de Europa y Oriente Medio. Donde la guerra, con un salto de un siglo atrás, vuelve a ser una herramienta legítima para imponerse a los adversarios en los conflictos políticos. Sobre todo debido a los repetidos errores estratégicos de Occidente.
Empezando por la absurda guerra en Ucrania, que nunca debería haber comenzado. En lugar de impedirla, Europa y Estados Unidos contribuyeron a provocarla, al no respetar los compromisos asumidos con Moscú con la muerte de l’Urss, y luego a agravarla y prolongarla. Financiando y armando al régimen de Kiev, a expensas de los contribuyentes de UE y Estados Unidos. Pensando que podrían humillar a Rusia, una de las dos superpotencias nucleares del mundo, y reducir su influencia. Un plan simplemente idiota.
Lo que resultó ser un boomerang. Y hoy contribuye a la creciente desestabilización del planeta. Como este blog ha advertido repetidament.Ahora Moscú, acorralada y demonizada, se ha convertido efectivamente en una potencia de desestabilización. Ha formado alianzas militares y políticas con China, Corea del Norte, Irán. Ha ampliado el contrapoder global del grupo Brics+. Y desempeñará un papel peligroso para Occidente ante el nuevo riesgo de la bomba de Teherán.
Las relaciones cada vez más estrechas entre Rusia e Irán, que ahora suministra armas a Moscú en la guerra de Ucrania, hacen que un ataque de Israel (como varias veces ha echo en el pasado) y/o de Estados Unidos contra las instalaciones nucleares de Teherán podria ser más difícil y peligroso. Para evitar que fabrique la bomba.
Tres escenarios, dos de los cuales muy peligrosos, parecen hoy probables:
1) Israel, obsesionado por el “peligro nuclear” iraní, con el apoyo de los EE.UU., intenta destruir las instalaciones de Teherán. Una misión hoy mas complicada, entre otras cosas. Las instalaciones iraníes más sensibles están ahora blindadas y construidas profundamente bajo tierra. Un ataque israelí provocaría una reacción de Rusia, de los aliados chiítas de Teherán, el Hezbolá libanés, los hutíes yemeníes, las milicias iraquíes, y tal vez Corea del Norte. En la situación actual en Oriente Medio, sería como arrojar un cartucho de dinamita a un depósito de gasolina.
2) Los riesgos de un ataque son demasiados e Israel renuncia. Confiando en su capacidad de disuasión nuclear para evitar un hipotético ataque de Teherán, cuando tenga la bomba atómica. Que Israel posee un arsenal nuclear ha sido un secreto a voces durante años. Pero gracias a su nuevo estatus de potencia nuclear, que la haría efectivamente inexpugnable, como lo demuestra el precedente de Corea del Norte, Irán podría acentuar sus acciones de desestabilización de Oriente Medio con sus aliados chiitas. Una vez más crecería el riesgo de una conflagración global.
3) La hipótesis más positiva, pero por ahora la más improbable. Los líderes occidentales finalmente re-encuentran la razón. Dejan de armar y financiar a Kiev, imponen una paz negociada en Ucrania, normalizan las relaciones con Moscú. Negocian un nuevo acuerdo nuclear con Teherán, levantan las sanciones y convencen a Irán, con la ayuda de Moscú, para que contribuya a un plan de paz viable y garantizado entre israelíes y palestinos.
¿Ciencia ficción? Probable, lamentablemente…
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