3/7/24 – Hay 10 de ellas, si es que todavía están vivas. El 7 de octubre, estuvieron entre las pocas mujeres judías que sobrevivieron a la violación durante el ataque de 3.000 milicianos de Hamas contra el sur de Israel. Las demás fueron asesinados por los violadores. Durante cinco meses han estado secuestrados en condiciones inhumanas en los túneles de Hamás en Gaza.
Hasta ahora olvidadas por el resto del mundo. Y por las feministas progre de Me Too y otras. Pero ahora un informe de la Onu finalmente habla de su infierno diario, en el cual probablemente siguen sufriendo violencia. Estaba previsto que fueran liberadas contra 40 detenidos palestinos en la última semana de la tregua humanitaria entre Israel y Hamás final de noviembre. Pero el 1 de diciembre los terroristas islámicos prefirieron romper la tregua que estaba a punto de prorrogarse que liberarlas. “No quieren que cuenten lo que vivieron” acusó Joe Biden. Las masacres de Hamas el 7 de octubre desencadenaron la guerra en Gaza, que ya ha costado la vida a 30.000 palestinos, en su mayoría civiles.

Hamás niega oficialmente las violaciónes, la mutilaciónes sexuales y las torturas contra las mujeres. En el mundo árabe/islámico nadie habla de ello. La mayoría de las víctimas murieron después de los actos de violencia del 7 de octubre, con más de mil civiles indefensos ‘culpables’ solo de haberse encontrado en el camino de los islámicos. Quienes mataron a todos los que encontraron.
La ONU tardó semanas en reaccionar. Mientras tanto, investigaciones independientes realizadas por grandes medios internacionales, incluidos el New York Times, la BBC y la CNN, sobre la base de testimonios y pruebas indirectas, han revelado los horrores del 7 de octubre contra las mujeres. Confirmando las denuncias de Israel.
Tras dos semanas de investigaciones al frente de una delegación de expertos la delegada ONU para los delitos sexuales en situaciones de conflicto, Pramila Patten, ha publicado ahora un informe en el que confirma las violencias sexuales contro las mujeres israelis perpetradas por Hamás y los cientos de civiles que siguieron a sus milicianos el 7 de octubre. El 11 marzo finalmente con 5 meses de retrasos el Consejo de Seguridad hablara de las atrocidades de Hamas.
Es el primer informe oficial de la ONU sobre las violaciónes de las mujeres judías que movimientos feministas y partidos “progresistas” han tratado de ignorar o incluso negar, en nombre de las simpatías palestinas. Como si la violación de una mujer pudiera justificarse si el violador es un palestino “oprimido” y la víctima una mujer judía israelí “culpable”.
Un razonamiento que no sólo es cruel y antisemita, que debilita la causa de la lucha contra la violencia contra las mujeres, inaceptable en cualquier caso, ya sean judías, cristianas o musulmanas. Pero también ingenuo, si no idiota. Porque olvida que Hamás no es “los palestinos”, sino un grupo yihadista suní que, como Isis en Siria, quiere imponer la dictadura de la Sharia y considera a las mujeres seres de segunda clase, desprovistas de derechos y subordinadas a los hombres.

En el informe de 24 páginas, Patten habla de “motivos creíbles para decir que ocurrieron múltiples casos de violencia sexual” en al menos tres lugares. En el Nova Rave, en el desierto de Negev, donde 363 jóvenes fueron masacrados en pocas horas, en la carretera estatal 232 de donde muchos intentaron escapar, y en el Kibbutz Reim. “Las víctimas fueron violadas, y/o violadas en grupo, y luego asesinadas, o asesinadas durante la violación” según el informe.
“La misión, escribe Patten, recibió información clara y convincente de que se perpetraron actos de violencia sexual, incluidas violaciones y torturas sexuales, así como tratos crueles, inhumanos y degradantes contra mujeres y niñas rehenes” durante su cautiverio”. Y que “hay motivos razonables para pensar que esta violencia podría continuar”.
No se sabe cuántos rehenes siguen vivos en manos de Hamás. Se cree que podrían ser 70 u 80. El grupo islámico se niega a facilitar sus nombres. No se sabe cuántas de las 10 mujeres siguen vivas. Quizás para aquellas que no sobrevivieron podría haber sido el fin del infierno.
¡Feliz 8 de marzo!