HUMILIATED EUROPE PAYS FOR 3 YEARS OF TESTOSTERONE HYSTERIA, FOR PUTIN AND TRUMP IT NO LONGER MATTERS, THEY WANT A NEW YALTA

17/2/25 – The king is naked. Trump arrives, and finally, everyone realizes it: Europe may seem like an economic giant, but it remains a political dwarf. After three years of absurd war hysteria following the orders of Joe Biden’s American administration regarding Ukraine—determined to humiliate Russia, the world’s leading nuclear superpower, at all costs Donald Trump’s return to the White House should have brought European leaders back to reality. But that’s not guaranteed. Logically, the American president immediately reestablished dialogue with Vladimir Putin—stupidly marginalized and demonized by the West under Biden—cutting out the Europeans and Ukrainian President Zelensky from negotiations. A negotiation that must put an end to the most absurd war of the century. A war that would never have started if Trump had been in power and if Europe and the U.S. had kept the promises made to Moscow at the time of the dissolution of the former USSR: preventing NATO missile launchers from ever reaching Russia’s borders. A red line. Three years ago, Putin demanded that these commitments be respected: Ukraine’s neutrality and a guarantee that it would never join NATO. Mocked by the U.S., the EU, and NATO, he opted to take justice into his own hands and defend Russia’s strategic interests.

In these three years, what has the EU done? An institution born from the ashes of Nazi Germany, with its founding fathers pledging that “never again” would war return to Europe? Has it pushed for a negotiated solution? Tried to put out the fire with an arms embargo? No. On the contrary, by aligning with Biden, it threw fuel on the flames, fueling a stupid and bloody war with weapons, massive propaganda (making people believe that Putin wanted to set the entire continent on fire), and billions of euros taken from taxpayers’ pockets. A war that has cost the lives of hundreds of thousands of young Russians and Ukrainians. And for what? It was pointless. Worse, a boomerang. Russia could not lose it. On the contrary, Moscow decided to reclaim the Russian-speaking regions of Ukraine bordering Russia. Only Hungary, with Orbán, and later Slovakia, tried to stop Europe’s hysteria, led by the little Napoleon of the Élysée, Macron.

Now it’s time for a reckoning. Trump has stopped the collective madness. He spoke with Putin—the latest ‘villain’ stoned by Europe’s militarized press—ignoring the near-unanimous support of the Russian people for the campaign in Ukraine. Are they all fascist warmongers? A form of collective anti-Russian racism, a Cold War hangover. Insults and verbal attacks were abundant. The latest came from Italian President Mattarella, who dared to compare Russia to the Nazi Third Reich, provoking outrage in Moscow. A disgraceful comparison, considering that Russia paid the highest price among the Allies with 25 million dead for the liberation of Europe. Without this immense human sacrifice, today we would be goose-stepping in the European Fourth Reich. But now everything is changing. At the expense of incompetent European leaders. Who never asked their voters if they agreed to gift hundreds of billions to the corrupt Ukrainian regime, giving up hospitals, schools, infrastructure, and decent pensions while also risking a terrifying nuclear World War III. Trump and Putin are moving toward a new Yalta. A summit between the two will soon take place in Saudi Arabia, preceded by a meeting of foreign ministers. Without European representatives. And without Zelensky, who for three years has been the ‘useful idiot’ in Biden’s hands. The peace agreement they will likely impose will largely recognize Russia’s reasons. And will mark the beginning of a new détente among the great powers, who share a strategic vision of the world—more authoritarian and less mired in political correctness. Above all, focused on defending the vital interests of the three superpowers. China will likely be part of this new Yalta.

Russia will regain its strategic buffer zones on its borders with Ukraine, which will not join NATO. And perhaps, as Trump suggests, one day it will return to Russia, of which it was the national and religious cradle. Similarly, the American president envisions expanding U.S. influence with the possible absorption of Greenland, regaining influence over the Panama Canal and (former?) Gulf of Mexico, or even the (very hypothetical) accession of Canada as the 51st state of the Union. China could move closer to reclaiming Taiwan. Meanwhile, Israel and Erdogan’s neo-Ottoman Turkey will establish themselves as major regional powers at Europe’s doorstep. All this in a world undergoing a rapid revolution, driven by Artificial Intelligence, and becoming increasingly tripolar at the expense of the EU. Marginalized more than ever. Europe stands at the threshold of irrelevance, having sacrificed its strategic interests in Africa, the Middle East, and Latin America to the benefit of Russia, China, and Turkey. Only by getting rid of Macron, Schulz, or Sánchez—who is increasingly threatened by corruption scandals and the blackmail of Catalonia’s little Napoleon, Puigdemont—and replacing them with real statesmen, might Europe have a chance to recover.

¡TAPANDOSE LA NARIZ, TRUMP! O SALVESE QUIEN PUEDA…

04/11//24 – Para Europa, sobre todo, podría ser un verdadero punto de inflexión. Entre guerra total, con consecuencias potencialmente catastróficas para todo el continente. O el fin de un conflicto absurdo y muy peligroso, que la administración Biden realmente quería, financiaba y prolongaba, arrastrando tras de sí a líderes europeos incompetentes o demasiado débiles. Sobre todo para humillar a Rusia y defender la hegemonía global del dólar frente a las ambiciones “revolucionarias” de los países emergentes liderados por Moscú y Beijing en los BRICS. Un objectivo doblemente fallido. Los BRICS son más fuertes que nunca y Moscú está ganando la guerra

Las elecciones presidenciales estadounidenses proponen una alternativa clara. Trump, el pragmático y en cierto modo impresentable, ha prometido detener la guerra en Ucrania “en 48 horas”, conversa con Putin e incluso con el peligroso psicópata norcoreano Kim (aunque con el botón nuclear en la mano). O la mas elegante Harris, apoyada por todo lo más chic/glamuroso que tienen los estadounidenses ‘progres’, los Bill/Hillary Clinton, los Michelle/Barack Obama. Pero con el terrible handicap de haber sido durante cuatro años la poco visible número dos de Jo Biden, el hombre que recuperó la guerra como solución a los conflictos políticos en el corazón de Europa, 80 años después del nazismo. Y que con toda probabilidad la llevará adelante. Hasta las consecuencias más extremas. Especialmente para nosotros, los europeos. Estados Unidos estan muy lejos. Y ya es Europa la que paga en su piel una guerra absurda, que la ha puesto de rodillas económicamente (aparte de los especuladores, los bancos y las multinacionales, en armas y energía). El plan de Trump ya está listo, según lo recogido por el Financial Times. Inicialmente prevé congelar la guerra en las posiciones actuales, detenendo así la inutil masacre en curso de cientos de miles de chicos rusos y ucranianos, vetar la adhesión de Ucrania a la OTAN y considerar autónomas las zonas ya (re)conquistadas por los rusos. En la práctica, se trataría de aplicar los términos de las bases de armisticio negociadas en Estambul por Rusia y Ucrania en abril de 2023. Pero luego Biden envió al idiota útil Boris Johnson, entonces Primer Ministro británico, a Kiev para derrocar a la mesa de negociaciones y obligar a Kiev a continuar la guerra, prometiendo dinero y armas. Los costes de reconstrucción y vigilancia militar de la aplicación del armisticio correrían a cargo de la UE, predice Trump. Y mientras tanto, las negociaciones para una solución definitiva comenzarían sin prisas.

Ahoo Daryaei

Todo está ahora en manos de los estadounidenses, y sobre todo de ese puñado de votantes de los siete ‘swing states’ de los que dependerá la victoria de Trump o Harris. Por supuesto, una nueva presidencia del magnate no será del todo pacífica para los equilibrios mundiales. Sobre todo, Trump lleva consigo el error más pesado que cometió durante su primer mandato. La ruptura de los acuerdos nucleares entre Irán y Occidente. Impulsado por las potencias islámicas suníes, Arabia Saudita, Qatar, Turquía, oponentes del Irán chií, Trump había echado a perder el acuerdo con Teherán, que ya estaba dando resultados importantes en términos de distensión del régimen. La ruptura de los pactos provocó el endurecimiento interno y externo de Irán. Más represión de las libertades en nombre del fanatismo religioso y carta blanca a los ‘proxies’ de Teherán, Hamás y Hezbolà en primer lugar, contra Israel, para desestabilizar Oriente Medio. Las guerras en Gaza y el Líbano son una consecuencia de esto.

Y el último episodio represivo en Teherán demuestra el continuo endurecimiento de la policía de los mulás. Una estudiante iraní, víctima de acoso por parte de la “policía moral”, ha llevado a cabo una protesta muy peligrosa. Se desnudó en la Universidad de Teherán, en sujetador y bragas, para denunciar la fuerte opresión moral que sufren los jóvenes iraníes. Las encuestas indican que al menos dos tercios de los iraníes ya no pueden tolerar al régimen. La valiente joven, Ahoo Daryaei, fue detenida, mientras el video de su protesta dio la vuelta al mundo, incendiando las redes sociales. No se sabe dónde la llevaron ni en qué condiciones. Por supuesto, el gobierno dijo que no pasó nada. Que la pobre niña tenía problemas mentales y fue encerrada caritativamente en un hospital psiquiátrico. Para ser curada….

TAPPANDOSI IL NASO, TRUMP! O SI SALVI CHI PUO’…

4/11/24 – Per l’Europa soprattutto potrebbe essere un vero punto di svolta. Fra la guerra a oltranza, con conseguenze potenzialmente catastrofiche per tutto il continente. O la fine di un conflitto assurdo, pericolosissimo, che l’amministrazione Biden di fatto ha voluto, finanziato e prolungato, trascinando dietro a sé leader europei incompetenti o troppo deboli. Soprattutto per umiliare la Russia e difendere l’egemonia mondiale del dollaro contro le velleità ‘rivoluzionarie’ dei paesi emergenti capitanati da Mosca e Pechino nei Brics. Un obiettivo doppiamente fallito. I Brics sono più forti che mai, e Mosca sta vincendo la guerra.

Le presidenziali americane propongono una alternativa chiara. Trump, il pragmatico e per certi versi l’impresentabile, ha promesso di fermare la guerra in Ucraina “in 48 ore”, dialoga con Putin, e perfino con il pericoloso psicopatico nord-coreano Kim (però con in mano di bottone nucleare). O la più elegante Harris, appoggiata da tutto ciò che i ‘progre’ americani hanno di più chic/glamour, i Bill/Hillary Clinton, i Michelle/Barack Obama. Ma con il terribile handicap di essere stata per quattro anni la poco visibile numero due di Jo Biden, l’uomo che ha riportato la guerra come soluzione dei conflitti politici nel cuore dell’Europa, 80 anni dopo il nazismo. E che con ogni probabilità la porterà avanti. Fino alle più estreme conseguenze. Soprattutto per noi, gliu europei. L’America è lontana. E già è l’Europa che paga da due anni sulla sua pelle per una guerra assurda, che l’ha messa in ginocchio economicamente ,a parte speculatori e banche, e multinazionali, delle armi e dell’energia. Il piano di Trump è già pronto, secondo indiscrezioni riportate dal Financial Times. Prevede in un primo tempo di congelare la guerra sulle posizioni attuali, fermando così il massacro in corso di centinania di migliaia di ragazzi russi e ucraini, porre il veto ad una adesione dell’Ucraina alla Nato, considerare autonome le zone già (ri) conquistate dai russi. Si tratterebbe in pratica di mettere in applicazione i termini della base per un armistizio negoziati a Istanbul da Russia e Ucraina nell’aprile del 2023. Ma Biden allora aveva inviato a Kiev l’utile idiota Boris Johnson, allora primo ministro inglese, per rovesciare il tavolo del negoziato, e imporre a Kiev di continuare la guerra, promettendo soldi e armi. Le spese di ricostruzione e di sorvegliana militare dell’applicazione dell’arministizio sarebbe a carico dell’Ue, prevede Trump. E intanto si avvierebbero, senza fretta, negoziati per una soluzione definitiva.

Ahoo Daryaei

IN IRAN LA CORAGGIOSA PROTESTA DI AHOO DARYAEI – Tutto è ora nelle mani degli americani, e soprattutto di quella manciata di elettori dei sette ‘swing states’ da cui dipenderà la vittoria di Trump o di Harris. Certo una nuova presidenza del tycoon non sarà di tutto riposo comunque per gli equilibri mondiali. Soprattutto Trump si trascina dietro l’errore più clamoroso commesso durante il primo mandato. La rottura degli accordi nucleari fra l’Iran e l’Occidente. Spinto dalle potenze islamiche sunnite, Arabia Saudita, Qatar, Turchia, avversarie dell’Iran sciita, Trump aveva fatto saltare l’accordo con Teheran, che già stava dando risultati importanti in termini di distensione del regime. La rottura dei patti ha provocato l’irrigidimento, interno ed esterno dell’Iran. Più repressione delle libertà in nome del fanatismo reliogioso, e carta bianca ai ‘proxys’ di Teheran, Hamas, Hezbollah in primis, contro Israele, per destabilizzare il Medio Oriente. Le guerre di Gaza e deel Libano ne sono una conseguenza. E l’ultimo episodio respressivo a Teheran dimostra il continuo irrigidimento della polizia dei mollah. Una studentessa iraniana, vittima delle molestie della ‘polizia della morale’ ha attuato una pericolosissima protesta. Si è spogliata nell’Università di Teheran, rimanendo in mutandine e reggiseno, per denunciare la pesante oppressione morale subita dai giovani iraniani. I sondaggi indicano che i due terzi almeno degli iraniani non sopportano più il regime. La coraggiosa ragazza, Ahoo Daryaei, è stata arrestata, mentre il video della sua protesta faceva il giro del mondo, incendiando le reti sociali. Non si sa dove sia stata portata, e in che condizioni. Il governo naturalmente ha detto che non è successo nulla. Che la povera ragazza aveva dei problemi psichici ed è stata caritatevolmente rinchiusa in un ospedale psichiatrico. Per essere curata….

it_ITItaliano